Escrito por Andres Cardenal, CFA – Sala de Inversión

Cuando tomamos decisiones de inversión en los mercados, controlar los riesgos es una de las prioridades más importantes a tener en cuenta. Existe una amplia variedad de herramientas para gestionar los riesgos, si bien ninguna puede ser perfecta o infalible, conocer estas herramientas y aplicarlas en forma consistente resulta determinante para operar con éxito en los mercados financieros a largo plazo. En la primera parte de esta serie de artículos sobre herramientas de gestión de riesgo explicamos qué son y cómo se usan las órdenes de stop, un instrumento simple y efectivo.

 

En esencia, una orden de stop significa que la operación se cierra cuando el precio del activo atraviesa determinado nivel. El ejemplo más tradicional es el de la orden de stop loss. En este caso se compra un activo a un determinado precio y se complementa la compra con una orden de venta en caso de que el activo caiga por debajo del nivel seleccionado. Este tipo de operaciones funciona muy bien a la hora de acotar el riesgo del portafolio.

 

Desde una perspectiva de gestión de riesgo es muy importante saber cuál es la máxima pérdida posible que estamos dispuestos a asumir en cada posición. En general se recomienda que la máxima pérdida posible no supere el rango comprendido entre 1% y 3% del capital total del portafolio, dependiendo de las características de la estrategia y el perfil de riesgo del operador.

 

Si compramos un activo a un precio de $100 y utilizamos una orden de stop loss en niveles de $90, entonces estamos asumiendo un riesgo de 10% sobre el precio de la posición. Invirtiendo el 10% de nuestro portafolio en esta posición, entonces el riesgo máximo que estamos asumiendo es de 10% de pérdida sobre el 10% del capital, por lo tanto lo máximo que podemos perder en esta operación es 1% del capital total del portafolio.

 

Una alternativa interesante es la de las estrategias de trailing stop. En este caso, se aplica una orden de stop que se ajusta periódicamente en caso de que los precios evolucionen al alza. Por ejemplo, si compramos el activo a $100 y utilizamos una orden de stop en niveles de $90, por cada 5% que aumenta el precio de mercado del activo podemos aumentar también un 5% el nivel de stop. Entonces, cuando el precio sube a $105 el nivel de stop aumenta a $94.5.

El objetivo de esta estrategia es asegurar parte de las ganancias cuando la posición evoluciona en forma favorable, de manera tal que no solo se reduce la posible pérdida potencial en la operación, sino que además se aseguran parcialmente los beneficios.

 

Limitaciones de las órdenes de stop

 

Las órdenes de stop no siempre son del todo efectivas, especialmente en activos como acciones, que pueden tener fuertes gaps de precios. Por ejemplo, si el activo cerró en $100 y colocamos una orden de stop en $90, puede suceder que al día siguiente el precio de apertura esté por debajo de $90, por ejemplo en $85. Este tipo de eventualidades deben siempre tenerse en cuenta, ya que en un escenario de este tipo la pérdida es mayor a la que plantea el diseño de la estrategia en base a las órdenes de stop.

 

En ocasiones puede suceder también que el activo rompa por debajo del nivel de stop, se ejecute la orden de venta, y luego el activo suba de precio. Este tipo de operaciones suelen ser muy frustrantes para el operador, ya que en definitiva se vende a la baja para luego quedar fuera de la posición cuando el precio vuelve a subir.

 

Al respecto, es importante tener en cuenta que ninguna herramienta funciona correctamente en el 100% de las operaciones. Las órdenes de stop tienen como objetivo principal reducir el riesgo de grandes pérdidas, y el costo que el operador paga por esta reducción de las pérdidas implica que en ocasiones puede quedar fuera de la posición demasiado temprano. Muchas veces reducir los riesgos implica también reducir en alguna medida el potencial de ganancias.

 

No obstante, siempre es importante prestar atención a los niveles de soportes a la hora de ubicar las órdenes de stop. Un soporte es un nivel de precios en el cual se producen aumentos de demanda en forma consistente, y los precios suelen rebotar al alza en estos niveles. Por lo tanto, en general se recomienda ubicar las órdenes de stop por debajo de los niveles de soporte para incrementar la efectividad de la estrategia.

 

La principal ventaja de operar con stop

 

Las órdenes de stop presentan grandes ventajas desde el punto de vista de la disciplina y el comportamiento del operador, aspectos absolutamente determinantes en el largo plazo. Una de las principales dificultades que enfrentan los inversores individuales radica en el costo emocional que provoca el tener que cerrar una posición cuando no funciona como se esperaba. A nadie le gusta realizar una pérdida, y en muchos casos las demoras excesivas en asumir una pérdida pequeña implican que el tamaño de esta pérdida se incrementa exponencialmente con el paso del tiempo.

Generalmente es sencillo recuperar el capital de una pérdida pequeña. En cambio, son las grandes pérdidas las que pueden tener un impacto devastador sobre el capital del operador.  Operar con órdenes de stop garantiza en buena medida que las pérdidas potenciales serán de un impacto bajo o moderado.

 

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