Escrito por Daniela Wechselblatt, CFA – Columna para Perfil
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Tradicionalmente el mundo de las inversiones en bolsa y los mercados de capitales eran un rubro reservado casi exclusivamente para los hombres, pero esta tendencia está cambiando. La mujer cada vez está más inserta en el mercado laboral, lo que lleva a que genere un excedente de dinero y se cuestione qué hacer con el ahorro. Asimismo, los roles de género al interior de la pareja también van adoptando nuevas formas, haciendo que la mujer también se involucre en el manejo de la economía familiar.
¿Existen diferencias en la forma de invertir de las mujeres en relación a los hombres?
Sí, existen. De acuerdo a estudios hechos por Expansión/Observatorio Inverco las mujeres invierten un porcentaje menor de su patrimonio total que los hombres (26% vs. 29/31%) y por un plazo más prolongado. También optan por una mayor diversificación y suelen hacer un seguimiento de las inversiones con más frecuencia. En ese sentido, prefieren informarse más sobre los activos que adquieren antes de tomar decisiones. Lo que inicialmente parece ser una tendencia a la aversión, en realidad no lo es. Simplemente se trata de ser más consciente de los riesgos a tomar.
Como asesora financiera veo que las mujeres (y me incluyo) son más constantes y se apegan más a la estrategia de inversión, lo que ayuda a la hora de manejarse en situaciones de alta volatilidad. Son más metódicas y menos impulsivas.
Cuando hablamos de cómo está administrado el patrimonio de las mujeres, vemos que difiere de la asignación de activos tradicional. De acuerdo a investigaciones llevadas a cabo por Barbara Stewart, CFA, especialista en el tema Women in Finance, las mujeres tienen un portafolio de inversión más diversificado pero no necesariamente más conservador.
La mayor diversificación viene de la mano del deseo de invertir en causas que las movilicen por su impacto social positivo y donde las inversiones suelen estar más alineadas a los valores de cada una. Esto es lo que termina dando la ecuación optima de inversiones sobre todo en mujeres provenientes de países desarrollados. Como podemos ver en el gráfico, la asignación de activos femenina (derecha) termina adicionando las inversiones aspiracionales, personales, en negocios propios y otros.
El aumento en el uso de redes sociales y el acceso a cada vez mayor información esta ayudando a derribar mitos y barreras culturales, y a poner en contacto a muchas mujeres que desean invertir compartiendo experiencias e historias. Queda mucho camino por recorrer pero los cambios sociales que conducen al empoderamiento de la mujer, la equidad laboral y la independencia financiera traen consigo la responsabilidad de manejar nuestras finanzas y hacernos cargo de las decisiones de inversión. Para eso el conocimiento y la educación son un paso fundamental.
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